BLUES DE GAS:
ENCICLOPEDIA DE LAS MUJERES Y EL BLUES
(1920 – 2020)
CANCIONES RESTAURADAS Y MASTERIZADAS
LA 1ª ENCICLOPEDIA EN ESPAÑOL DEDICADA A LAS MUJERES Y AL BLUES
El periodista, escritor y productor musical Paco Espínola presenta
la primera enciclopedia que se publica en España dedicada a las mujeres
y el blues, resumiendo así 100 años de historia.
Este trabajo ofrece 271 biografías; 184 fotografías; 46 canciones originales
(desde 1920 a 2020), restauradas y masterizadas en 2 CD, 40 de ellas traducidas al español. Incluye una carpeta con 22 láminas a color.
BLUES DE GAS: Historia de las mujeres y el blues (1920-2020).
Resumen del concierto «Blues de Gas:
Una historia de las mujeres y el blues» (1920-2020)».
Con Suzette Moncrief (voz), Javier Avilés (guitarras), Agustín Puertas (bajos), Luis Miguel Jiménez (batería). Paco Espínola (narración y producción).
Sonido: Cheluis Salmerón.
Vídeo: Jorge Rodriguez Puche.
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1920 – MAMIE SMITH:
Crazy blues
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El 10 de agosto de 1920 Mamie Smith grabó «Crazy Blues». Vendió 75.000 copias el mes de su lanzamiento.
Ante semejante éxito, en los años siguientes, se sucedieron numerosas grabaciones de intérpretes femeninas
a la vez que aparecían diferentes sellos discográficos.
1924 – IDA COX:
Wild women don’t have the blues
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y empresaria. El espíritu independiente que presidió su vida fue similar
al de muchas de las primeras estrellas
del blues: Bessie Smith, “Ma” Rainey, Sippie Wallace y Victoria Spivey. Aunque su voz era menos poderosa y áspera que la de Bessie y “Ma”, compensó esas carencias con un espíritu ardiente y una enorme entrega escénica.
No hay que olvidar que, en el apogeo
de la era clásica del blues femenino,
la competencia era muy dura, pues eran muchas las mujeres con talento.
Y fue una auténtica poeta. Sus canciones sobre la muerte y las creencias
y supersticiones fueron un rasgo de
su obra.
Con un lirismo crudo e intenso, también escribió contra la pena de muerte, sobre la independencia femenina, la liberación sexual y las luchas sociales y políticas de los negros de principios del siglo XX desde una perspectiva feminista,
su marca personal.
Hay que destacar, sobre todo: “Wild Women Don’t Have the Blues”, una reivindicación de la libertad
de las mujeres y uno de los primeros himnos feministas.
1935 – BILLIE HOLIDAY
You let me down
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La llamaron Eleanora. Su madre tenía
13 años cuando nació, y su padre, 15.
Él las abandonó siendo un bebé.
A los 10 años intentaron violarla. En 1927,
se mudaron a Nueva York. Además
de ayudar a su madre en el servicio doméstico, ejerció la prostitución. Se sabe que fumaba marihuana desde los 12 años, pero fue la heroína quien la destruyó.
Su vida personal fue tan turbulenta como sus canciones. Se casó dos veces,
la segunda con un «ejecutor» de la mafia. Como muchos de los hombres que formaron parte de su vida, era violento, pero trató de sacarla de las drogas.
Llegó a ser cantante y compositora
de jazz y blues y se llamó Billie Holiday.
Es una de las tres voces femeninas
más influyentes del jazz junto con Sarah Vaughan y Ella Fitzgerald. Su «Strange Fruit» lo calificó la revista Time en 1999 como la mejor canción del siglo XX.
Y «Fine and mellow», una de las más relevantes en la historia del jazz.
Frank Sinatra dijo que era su mayor influencia. El valor artístico de Holiday reside en la capacidad de adaptar
su tesitura limitada al contenido de la canción dándole una intensidad inigualable. Su voz fue cambiando.
La primera grabación de 1933 la mostró infantil y llena de vitalidad. En 1940 ya era más sugerente.
La describían como cariñosa, dulce, aunque desgastada, experimentada, triste y sofisticada. Con el tiempo,
las drogas la enronquecieron. Pero nunca perdió su maravilloso fraseo y emotividad. En muchos locales tenía prohibido usar
la entrada principal, y debía esperar
en un cuarto oscuro antes de salir
a escena. Para explicar la emoción del blues en la que vivía instalada, solía decir: «Yo he vivido canciones como esa».
El 12 de julio de 1959 fue condenada
a permanecer bajo custodia policial
por posesión de narcóticos.
Rodeada de policías, murió cinco días después, a los 44 años. En 1935 grabó
esta impresionante, pero poco conocida canción: “You let me down”, “Me dejaste tirada”.
1936 – LIL JOHNSON:
Press my button (Ring my bell)
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al consumo de drogas. Su emisión
a menudo estaba prohibida en la radio,
y solo estaba disponible en disco.
Tuvo un renacimiento en la década
de los 60. Ivy Smith, Georgia White e Irene Scruggs cantaron este tipo de blues.
Destacó Lucille Bogan, una de las mayores artistas de todos los tiempos, cantante provocativa de gran voz y compositora de extraordinario talento.
Muchas de sus canciones, la mayoría escritas por ella misma, tienen explícitas referencias sexuales llenas de humor.
Pero una de las cantantes más populares fue Lil Johnson, gracias a un blues
de 1936 titulado «Press My Button (Ring My Bell)». Un título evidente: «Presiona mi botón (toca mi campana)».
1941 – LIL GREEN:
Why don’t you do right?
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de R&B en los primeros años 40.
Sus dos canciones más conocidas fueron: «Romance in the Dark»,
de 1940, versionada por Dinah Washington, Nina Simone y Billie Holiday; y su mayor éxito, la versión
que realizó en 1941 de «Why Don’t You Do Right?» (original de Kansas Joe McCoy,
uno de los maridos de Memphis Minnie), que fue interpretada por Peggy Lee
en 1942, y luego por muchas otras.
Fue el tema estrella de la película «¿Quién engañó a Roger Rabbit?»
de 1988.
Durante la postguerra, su estilo sofisticado y sensual no tuvo éxito,
ni siquiera cuando intentó reinventarse como artista de jazz y blues en 1949,
al estilo de Billie Holiday.
Esto hizo que se viera obligada
a retirarse de los escenarios.
Créditos de esta grabación.
Voz: Lil Green. Guitarra: Big Bill Broonzy. Piano: Simeon Henry.
Bajo: Ransom Knowling.
1941 – MEMPHIS MINNIE:
Me and my chaufeur blues
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y compositora, es una de las más grandes del blues de todos los tiempos.
Y no lo tuvo fácil: en 1920, con 23 años,
se ganó la vida tocando la guitarra, cantando y, a veces, prostituyéndose
para poder salir adelante.
Se casó tres veces, y las tres con los mejores guitarristas del momento.
En 1929, comenzó a tocar con Kansas Joe McCoy, su segundo marido. Los descubrió un cazatalentos frente a una peluquería, donde tocaban por diez centavos.
Sus grabaciones fueron éxitos notables.
Se divorciaron en 1935.
Dicen que por los celos que McCoy sentía del éxito de Minnie.
Su carrera se prolongó durante más
de tres décadas y grabó unas 200 canciones, muchas autobiográficas
y compuestas por ella misma. Su voz abarcaba un gran registro y tocaba
la guitarra mejor que muchos músicos.
El extraordinario Big Bill Broonzy, relata una competición entre él y Minnie
en un club nocturno en 1933; el premio
era una botella de whisky y otra de ginebra, y cada uno cantaría dos canciones. Minnie ganó el premio.
Sus biógrafos escribieron: «Sólo dejó
su guitarra hasta que ya no pudo levantarla».
Minnie era una profesional refinada
y una mujer independiente que sabía defenderse. Se presentaba ante el público muy femenina, vistiendo ropa cara, siempre enjoyada, y un recipiente para escupir el tabaco que mascaba mientras cantaba y tocaba.
Y muy agresiva si era necesario.
Según el músico de blues Johnny Shines: «Cuando algún hombre la engañaba
no se andaba con tonterías: guitarra, navaja, pistola…, utilizaba lo que tuviese
a mano».
En 1941, comenzó a tocar la guitarra eléctrica, y en mayo de ese año grabó
su mayor éxito, «Me and My Chauffeur Blues».
1944 – SISTER ROSETTA THARPE:
Strange things happening every day
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y los estudió en secreto.
Se llamó Sister Rosetta Tharpe y su estilo reflejó estas influencias laicas: tocaba
las notas como los músicos de jazz
y pinzaba la guitarra como Memphis Minnie. En 1938, a los 23 años, comenzó a grabar con guitarra eléctrica, y lo hizo
en dos canciones fundamentales:
«Rock Me» y «That’s All». Fue la primera gran estrella que grabó góspel
y de los primeros músicos en llegar
a las listas de R&B.
Años después un grupo de muchachos encabezados por Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Little Richard, Carl Perkins y Elvis Presley reconocieron su influencia.
Su canción «Down by the Riverside»,
de 1948, fue clave como influencia
en el R&B. Pero en aquella época la habilidad guitarrística estaba relacionada con la masculinidad, y sólo se reconocía a medias que podía «tocar como hombre».
Tharpe fue pionera en su técnica
de guitarra y una de las primeras
en grabar utilizando distorsión, lo que señaló el camino para los blues eléctricos.
Su manera de tocar su Gibson Les Paul, influyó en el desarrollo del blues británico de los 60. Así lo reconocieron Eric Clapton, Jeff Beck y Keith Richards.
En 1947, Tharpe escuchó cantar a Little Richard y lo invitó a hacerlo con ella;
fue la primera actuación de Richard fuera de la iglesia.
Tharpe le pagó por su actuación, y, confesó Richard, esto “lo inspiró” para convertirse en artista. Johnny Cash dijo que era
su cantante favorita. Y Aretha Franklin, Tina Turner, Isaac Hayes, Meat Loaf y Neil Sedaka identificaron su canto, su guitarra, su energía rítmica y su talento para el espectáculo como una gran influencia
en sus carreras.
En 1944 grabó «Strange Things Happening Every Day», el primer tema góspel en colarse en las discriminatorias listas de la revista Billboard, donde alcanzó el nº 2. El tema fue precursor
de un género aún sin nombre que estaba naciendo de la unión entre el blues, el R&B, el country y el bluegrass: el rock and roll,
la música popular más importante del siglo XX. La llamaron: «La primera canción
de rock and roll».
1952 – BIG MAMA THORNTON:
Hound dog
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y Mike Stoller eran jóvenes, bajitos, tímidos y judíos.
Y entusiastas de la música negra.
En veinte minutos escribieron en un papel cutre la letra y la música de un blues
de doce compases que les había pedido Johnny Otis que también era blanco,
y también con alma de negro. Horas más tarde se reunían con la cantante
y su banda en el garaje de Johnny Otis.
Stoller empezó a tocar el piano y la señora se puso a cantar a lo Frank Sinatra. Leiber, con timidez y delicadeza le dijo que así
no era. La señora era Big Mama Thornton. Lo de “Big” resumía 140 kilos, un metro 85 de estatura y cicatrices en la cara de unos cuchillazos. Era cantante de blues y R&B, armonicista y baterista.
La mirada que le echó la gigantona casi
lo tira de culo. —¿Me va a enseñar el chico blanco a cantar el blues? —dijo. Leiber
le sugirió: —¿Tal vez si atacaras la canción con un poco más de… —¡Atácame esto! —dijo Big Mama señalando su entrepierna. Leiber estaba a punto de marcharse.
Pero Johnny Otis lo invitó a cantar
la canción.
En cuanto comenzó con los primeros versos la broma acabó. Big Mama comprendió la dureza que el tema requería, el humor sexual que ocultaba,
el grito de guerra femenino que desprendía esa mujer que se plantaba ante un típico chulo. No tenía que recitarla, tenía que rugirla. Tras dos ensayos la banda fue al estudio.
La canción fue número 1 en las listas
de Rhythm & Blues. Cuatro años después
la grabó Elvis Presley.
Su versión llegó a la cima de todas
las listas. Vendió 10 millones de discos
y mantuvo durante 36 años el récord
de ser el single que más tiempo estuvo
en el número 1. Pero Leiber apuntó:
«La interpretación de Elvis se quedó floja. No supo pillarle el punto». En la década
de 1970, la adicción a la bebida de Big Mama empezó a dañar su salud.
Sufrió un grave accidente de tráfico,
pero fue capaz de recuperarse y actuar
en el Newport Jazz Festival de 1983,
y grabar un álbum en directo, con Muddy Waters, B. B. King, y Eddie «Cleanhead» Vinson.
Thornton murió de un ataque al corazón en una casa de huéspedes a los 57 años.
1963 – PEGGY LEE:
I’m a woman
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a las cantantes blancas diferentes de Anita O’ Day, refinadas, algo afónicas
y de recursos, dicen, limitados. Dueña
de un swing velado y una sensualidad excepcional, reticente a improvisar,
pero capaz de recurrir a lo mínimo
sin perder el equilibrio y desnudar
las canciones hasta su esencia (esto es,
de comprenderlas).
El que grabara a las órdenes de Sinatra
o fuese coautora del tema de amor
de Johnny Guitar es suficiente para definirla como artista.
En mayo de 1958, grabó una versión
de “Fever” con letra reescrita y arreglada por ella. Fue su ”canción más memorable” y la que mostró su carácter más recordado: ”entrega lúdica, carisma
y sexualidad”.
Peggy Lee fue una estilista, por mucho
que algunos quisieran verla como
una imitadora blanca de Billie Holiday.
En una entrevista dejó claras
las diferencias: “Holiday pronuncia
de manera pequeña y cerrada las vocales, mientras yo las hago muy abiertas”.
Fue nominada para un Oscar por su actuación en Pete Kelly’s Blues de Jack Webb, donde también figuraba Ella Fitzgerald.
Esta canción de 1963 es una declaración
de principios, se titula
“Soy una mujer» e incorpora un tipo
de narración que “suena” a rap.
1966 – KOKO TAYLOR:
Wang dang doodle
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Nació en una granja de Memphis, donde su padre era labrador.
Su nombre de pila era Cora Walton, y su nombre artístico Koko Taylor. Fue una de las “Reinas del blues” por su voz áspera y potente y su estilo basado en el blues tradicional, que abarcaba el blues de Chicago, el blues eléctrico, el R&B y el soul blues.
En 1962, a los 34 años, fue descubierta por el gran Willie Dixon. Un año después grabó «Wang Dang Doodle» (“Juerga”), un tema de Dixon. La canción llegó al número 4 en las listas de R&B en 1966 y vendió un millón de copias. Éxito también de Howlin’ Wolf, quien la había grabado cinco años antes.
A lo largo de su carrera grabó 17 elepés, 8 de ellos nominados a los Grammy, dominando las listas de cantantes femeninas de blues y ganando 24 premios de blues (más que ningún otro artista).
Taylor ejerció su influencia sobre Bonnie Raitt, Shemekia Copeland, Janis Joplin y Susan Tedeschi.
1966 – NINA SIMONE:
Four women
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Nina Simone, cantante, pianista, arreglista y compositora, podía reunir en una canción el contrapunto de Bach, la improvisación del jazz y la modulación del blues. Pero ella no contaba todo lo que sabía, sino lo que debía. Por eso incorporó los silencios como elemento musical, haciendo avanzar, con cada nota de su piano, el estado de ánimo hasta llegar al clímax con pocos acordes.
Nina Simone sabía distinguir lo interesante de lo importante. Era mujer de mucha acción y pocas palabras. En cuarenta años de carrera grabó un centenar de discos, y fue una voz fundamental en la protesta negra y la reivindicación femenina. Sus opiniones eran tajantes y concisas: “El blues está en la raíz de toda la música de mi gente”, dijo.
Su voz agridulce a veces susurra, pero luego grita o gime, transmitiendo todas las sensaciones del alma humana. No quería que la encasillaran como cantante de jazz, porque decía que es el destino natural que los blancos reservan a los músicos negros.
Nina no buscó la fama o el dinero, sino poner su talento al servicio del pueblo negro. Temas compuestos por ella en 1966, como «Four Women», se convirtieron en emblemas de lucha en Estados Unidos. La canción fue prohibida en las radios de Filadelfia y Nueva York. Es el amargo lamento de cuatro mujeres negras cuyas terribles vidas están relacionadas con gradaciones sutiles en el color de la piel.
1968 – JANIS JOPLIN:
Women is losers
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Janis Joplin fue la cantante blanca de blues más famosa de todos los tiempos. Combinaba el soul de Bessie Smith con la finura de Aretha Franklin, y la energía de James Brown. Poseía una voz dinámica que parecía no tener límites.
Dicen las crónicas que en su adolescencia un grupo de “marginados” le dio a escuchar los discos de Bessie Smith, «Ma» Rainey o Leadbelly; que formó parte de un coro y allí cantó a Odetta, Billie Holiday y Big Mama Thornton, y que a los 16 años frecuentó los bares de blues y jazz de Luisiana.
En 1967 actuó con su grupo en el Festival de Monterrey junto con Jimi Hendrix, The Mamas and The Papas, Jefferson Airplane, Otis Redding y The Who. Allí interpretó una asombrosa versión del emblemático blues de Big Mama Thornton, «Ball and Chain».
Desde 1967 a 1971, sólo grabó 4 álbumes de estudio, con tres grupos distintos y diferentes estilos. Pasó del psicodélico Cheap Thrill, (disco de oro a los tres días de su lanzamiento), a estilos blues y soul, influenciada por las cantantes que veneraba: Bessie Smith, Billie Holiday y Aretha Frankiln.
En 1969, creó su propia banda, la Kozmic Blues Band, con la cual grabó el disco I Got Dem OI’ Kozmic Blues Again Mama!, mezcla de rock, soul y blues.
En septiembre de 1970 grabó Pearl. Joplin falleció el 4 de octubre de ese año por una sobredosis de heroína. Tenía 27 años. Su disco salió mes y medio después de su muerte, y fue número uno de ventas durante catorce semanas.
De su primer disco, Big Brother & the Holding Company, es el tema: “Las mujeres son perdedoras”.
2004 – ETTA JAMES:
Crawlin’ king snake
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de extraordinaria vitalidad, y la cantante más importante de baladas de la historia del blues.
Además, cerró la brecha entre R&B y rock and roll. Ganó a lo largo de su carrera
6 Grammy y 17 premios de Blues.
En 1960, firmó con Chess Records y grabó el álbum: At Last!, destacó por su variada selección de música: estándares de jazz
y blues, doo-wop y R&B.
Esta historia de sus primeros tiempos
se convirtió en la película Cadillac Records de 2008 interpretada por Beyoncé
en el papel de Etta James.
De su discografía hemos seleccionado “Crawlin’ King Snake” una canción poco conocida, basada en un clásico del Delta Blues de 1920.
Musicalmente resume parte de la historia del blues y donde aparece un personaje mítico: la serpiente.
En el mundo del blues, muy influenciado por la religión cristiana evangelista,
la serpiente es la reina del engaño
y la astucia, y la identifica con
las mujeres. En el blues clásico, la mujer, que es más inteligente que el hombre,
se aprovecha de él y le engaña.
Pero la black snake es diferente.
La temática también es sexual, pero relacionada con el hombre. Esta serpiente es inmune al veneno de otras serpientes
y se alimenta de ellas. De ahí la categoría de King Snake (rey de las serpientes).
Ese carácter de superioridad,
en la sociedad machista de la época dorada del blues, le venía como anillo al dedo
a los machotes blueseros.
“Soy el rey serpiente
y mando en mi madriguera;
no te quiero cerca de mi pareja,
la quiero sólo para mí”.
2011 – BETH HART:
Sinner’s prayer
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Es una de las artistas más respetadas
en el panorama actual por su potente voz de contralto y su intensidad interpretativa.
En su estilo han influido artistas como Robert Plant, Ella Fitzgerald, Janis Joplin, Aretha Franklin o Etta James.
En 1993 su victoria en un concurso
de talentos, con la interpretación
de su propio tema «Am I the one», supuso un impulso muy importante para llegar
a un público mayor.
Lo tuvo fácil ya que compitió contra
una versión ñoña de la ñoña “Granada”
de Agustín Lara interpretado
por la mexicana Norma Montiel.
Beth Hart ha grabado con guitarristas
de la talla de Jeff Beck, Slash y Joe Bonamassa.
Conoció a Bonamassa en el pasillo
de un hotel, y en seguida se pusieron
a trabajar en un álbum de clásicos
del blues, que fue lanzado en 2011
con el título «Don’t explain».
Fue un éxito rotundo.
Hasta hoy, ha publicado 18 elepés,
el último en 2019. Beth Hart podría llegar a ser una de las más grandes de todos
los tiempos.
Dice que es una blanca con la voz negra.