«14 de abril de 1931…, y vino la República.
El Rey huyó, amparado por los republicanos generosos. Y el pueblo celebró su triunfo. Banderas y escarapelas rojas simbolizan la sangre que no se ha derramado en ese día de desenfreno popular.
Viejos republicanos, de los que encanecieron esperando a La Niña, van y vienen entre la muchedumbre, luciendo gorros frigios, guardados para la ocasión.
En el Palacio Real, unos jóvenes con escarapelas han colocado un cartel: “Pueblo, respeta este edificio que es tuyo”. Luego circulan entre la multitud tratando de evitar desmanes, que, por otra parte, nadie intenta realizar.
Todo se reduce a cambiar rótulos de algunas calles, poniéndoles nombres de revolu-cionarios, y derribar estatuas.
Nuestro amigo, el comunista Cimorra, encuentra grotescos a los republicanos con sus gorros como crestas de gallo».
(Texto: Rafael Cansinos Assens).