«La política lo absorbe todo. Sólo se habla de la crisis del régimen y que cuando convoquen elecciones, la opinión se volcará en las urnas en contra. Son tantos los agraviados por el dictador que ya no hay término medio y fracasan los esfuerzos de Berenguer por calmar los ánimos. La frase de moda es “hay que definirse”. Si se está con la Monarquía o en contra. Todo el mundo da por hecha la llegada de la República y también se plantea con inquietud cómo será una república traída por ex monárquicos y extremistas. ¿Dónde están los republicanos históricos? Sólo sobrevive el grupo de Lerroux. Pero el viejo líder, con su fama de corrupto inspira poca confianza.